miércoles, 4 de abril de 2012

Recuérdame.


Harta del mundo,decido marcharme. Cojo esa maleta vieja y destrozada y comienzo a meter todo tipo de cosas sin fijarme si quiera que me estoy llevando. Cojo mi ropa, dibujos, escritos, incluso creo haber cogido también libros de estudio, pero no estoy segura y no quiero parar a pensarlo. Me cuelgo la maleta al hombro, recorro el pasillo y llego a la puerta. ¿Dudas? No. Ninguna. Estoy segura de lo que quiero hacer. Con precaución de no despertar a nadie abro la puerta y me marcho. ¿Y ahora? Ojalá pudiera venir alguien y explicarme que hacer, a donde ir ahora. Pero en el fondo, no me importa, porque sé que incluso bajo un puente o durmiendo en un cajero estaré mejor que aquí. Sin pensar a donde, comienzo a correr. No sé que estoy haciendo, ya he perdido la noción del tiempo, he perdido el rumbo, he perdido....lo he perdido todo. Solo me quedas tú, y no pienso hacerte sufrir por más tiempo, así que ni siquiera decidí avisarte. ¿Donde estoy? Este lugar me da miedo. A lo lejos veo sobre la montaña una especie de casa donde podré cobijarme. Camino cuesta arriba hasta llegar ahí, y cuando llego, me pregunto: ¿Que ha pasado? ¿que me ha traído aquí? No quiero recordarlo. Tan solo pensarlo me estremece. Me siento en un rincón, sola, perdida. Abro la mochila y comienzo a buscar que cosas he traído. Encuentro mis viejas camisetas, libros, incluso he encontrado un collar que no sé a quien pertenece. Pero al fondo, después de todas las cosas sin sentido, aparece algo. No lo puedo creer. Una foto....una foto hace tiempo rota. Por uno de sus trozos aparecen ellos, y en el trocito sobrante, casi imperceptible, aparezco yo, apenas con dos o tres años. Esos buenos momentos repletos de felicidad e inocencia. Pero ahora todo ha cambiado. Yo he cambiado. Con la cara llena de lágrimas termino de romper la foto y la tiro al suelo. De repente la idea de volver pasa por mi mente. La esquivo de inmediato. No pienso volver ahí. Prefiero morir de hambre y frío y que me encuentren aquí, muerta. Que vean como mi cuerpo cansado de arrastrarse por la vida yace tirado en un lugar casi inexistente. No sé que me deparará el futuro, pero pase lo que pase, no te preocupes por mi, no me extrañes, no sueltes una sola lágrima, tan solo quiero que sepas algo y espero que puedas hacerlo. Tú tan solo...

recuérdame.







No hay comentarios:

Publicar un comentario